Desplazarse y migrar son algunos de los actos más intrínsecos que nos definen como seres vivos, una especie de confrontación telúrica con lo más elemental. Sin embargo, con la aparición de las primeras civilizaciones surgió la noción de límite territorial, concebida como un medio para proteger el territorio, los recursos y la identidad.

Si antiguamente las fronteras se materializaban a través de muros y murallas, la construcción del mundo moderno ha ido desmaterializando estas barreras físicas. Hoy en día, sin embargo, asistimos perplejos a la proliferación de miles de kilómetros de muros y vallas por toda Europa. Paralelamente, las políticas migratorias se centran en la militarización, la externalización y la criminalización de las personas migrantes o refugiadas. La riqueza fluye desde todos los rincones del Sur Global hacia los núcleos financieros, pero nunca a la inversa. Mientras las mercancías y el capital del Norte circulan globalmente sin restricciones, millones de personas refugiadas arriesgan su vida huyendo de conflictos bélicos, pobreza estructural, persecuciones políticas o desastres ambientales. El antiguo Mare Nostrum, cuna de Occidente y puente de civilizaciones, se ha convertido en la mayor fosa común del mundo. Y, al constatarse que el neoliberalismo dominante incrementa las desigualdades sociales y económicas, se abre un vacío político que favorece el ascenso del populismo de extrema derecha.

Centrado en el marco geopolítico de una Europa “fortaleza”, el proyecto MURS analiza el concepto de frontera en toda su dimensión semántica. Estas barreras, que pueden ser naturales (océanos, desiertos, montañas, etc.), artificiales (los muros y vallas construidos por el ser humano), de tránsito (la externalización de la gestión fronteriza), legales (las leyes de extranjería), biopolíticas (el control, los centros de internamiento, las deportaciones de Frontex, etc.), sociales (el racismo, la explotación laboral, la falta de derechos…) o incluso virtuales (el control burocrático, la monitorización, etc.) son exploradas a través de una amplia diversidad de realidades y estudios de caso.

La muestra MURS ha sido producida por el Instituto de las Desigualdades con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo y el Ayuntamiento de Barcelona.

Se trata de una exposición que ha itinerado por diferentes ciudades de toda Cataluña (Valls, Reus, Lleida, El Vendrell, Igualada, Alcarràs, etc.) y que recientemente se había presentado en la tristemente célebre cuarta galería de la antigua prisión Modelo de Barcelona.

Estación de metro Badalona Pompeu Fabra (L2) . Vestíbulo salida Av. Martí i Pujol.

Actualmente, en la red del suburbano hay 50 puntos donde los músicos ofrecen actuaciones en directo en distintos horarios y días de la semana. Estos escenarios presentan ahora una nueva imagen gráfica, con distintivos más grandes y visibles, de diferentes tonalidades y perfiles de artistas. El replanteamiento de la iniciativa ha servido para revisar los puntos señalizados y ajustar su ubicación en función de las obras previstas y de los cambios en los flujos de pasaje.

También se estrena una nueva denominación: Música en el metro. El cambio de nombre responde al objetivo de hacerlo más inclusivo desde la perspectiva de género.

Con esta nueva identidad en las comunicaciones y en la señalización se pretende dar un mayor impulso a esta iniciativa, ya consolidada como un referente en Europa.

Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y la Asociación de Músicos de la calle y del metro de Barcelona (AMUC), con la mediación del distrito de Ciutat Vella y del Institut de Cultura, pusieron en marcha en el año 2001 un proyecto pionero para establecer las bases de la presencia de músicos en puntos concretos y señalizados de la red de metro. La iniciativa, inspirada en el metro de Nueva York, se ha convertido en estos 25 años en todo un referente en Europa. El proyecto cumplirá 25 años en enero de 2026.

El objetivo de la regulación de la música en el metro es, desde el inicio, generar espacios agradables en la red de metro, garantizar la calidad de la música que se ofrece a los usuarios, facilitar las funciones preventivas de control para su buen funcionamiento y regular la actuación de los músicos para hacerla compatible con el desarrollo normal del servicio en el metro. Al mismo tiempo, se ofrece a los intérpretes un espacio de promoción y difusión de su música, convirtiendo el espacio público en una plataforma para los creadores más emergentes.

Durante estos 25 años también se han consolidado las pruebas de idoneidad que se celebran periódicamente para garantizar una buena calidad musical y dar respuesta al incremento de solicitudes para tocar en el metro.

El proyecto de los músicos del metro forma parte de TMB Cultura, el proyecto cultural de la Fundación TMB que establece vínculos entre los ciudadanos y las asociaciones culturales de Barcelona y el área metropolitana, con la voluntad de acercar la cultura a la ciudadanía a través de sus instalaciones y enriquecer la experiencia del viaje en transporte público.

aps quin dia i quin any es va inaugurar la primera línia del metro de Barcelona? I quantes estacions tenia?

Sabies que durant la Generalitat republicana el metro ja va arribar a l’Hospitalet de Llobregat

O que durant la Guerra Civil espanyola la ciutadania va utilitzar-lo sovint com a refugi per a protegir-se de les bombes?

Sabies que no va ser fins a principis dels anys seixanta que el servei de metro es va municipalitzar i convertir en un servei públic de garantia del dret universal a la mobilitat que és avui?

Sabies que el 1992, amb els Jocs Olímpics de Barcelona, el metro va fer un nou impuls obrint-se pas cap a Santa Coloma de Gramenet i Badalona? 

Sabies que avui té 125 quilòmetres de vies i fins a 165 estacions que faciliten prop de 280 milions de viatges l’any? O que la línia 9 del metro, que acaba a l’aeroport del Prat, és automàtica i una de les més modernes d’Europa?

El metro de Barcelona reuneix una i mil històries del passat, del present i del futur.

Aprovechando sendas celebraciones, ambas entidades iniciaron la experiencia de dejar un piano de forma permanente en el vestíbulo de la L5 de la estación Diagonal.

El piano invita a los pasajeros a aceptar el reto de detenerse, sentarse y hacer sonar sus teclas.